sábado, 25 de septiembre de 2010

Facebook es un invento del FBI para espiar a los ciudadanos del mundo entero



Facebook es un invento del FBI para espiar a los ciudadanos del mundo entero
El tío Sam te invita a subir tus fotos a Facebook: ¡es gratis y cualquiera puede unirse!
Facebook es un invento del FBI, con la colaboración de la CIA y la NSA, para espiar a los ciudadanos del mundo entero. Así lo demuestran los x-files que la nueva administración Obama ha hecho públicos para deshacerse de la herencia de George W. Bush y sus malignos consejeros de seguridad nacional. Al parecer, Facebook es una evolución natural del programa Carnivore, con el que las agencias de espionaje de los USA pretendían espiar las comunicaciones vía Internet de los ciudadanos del mundo entero y darles a cambio generosas raciones de democracia preventiva.

La lógica del engaño masivo es tan aplastante como diabólica, maléfica y virulenta. El Gobierno de los USA llevaba años desarrollando Carnivore, un programa de intercepción de las comunicaciones vía Internet que pretendía espiar el contenido de los emails o de cualquier documento que enviamos o recibimos a través de la Red. Tras la llegada de Bush al poder, los investigadores recibieron la autorización para dar un paso más: en lugar de diseñar un interceptor, optaron por crear un lugar donde todo el mundo quisiera informar voluntariamente de sus datos personales y de con qué personas se relacionaba. Nadie hubiera hecho tal cosa en una web que se llamara Carnivore y por tanto apostaron por rebautizarlo con otro nombre. Eligieron Facebook.

La revelación ha sembrado el pánico entre los millones de usuarios de la red social Facebook, que llevan meses, cuando no años, informando directamente al Gobierno norteamericano de quiénes son sus amigos y de cuáles son sus gustos y aficiones, amén de otros muchos datos personales como con quién acabaron la noche del sábado después de un fiestón de cuidado.

Ahora los cerebros tenebrosos de los USA controlan sus vidas y podrían aplicarles su democracia preventiva en cualquier momento, y si no que se lo pregunten a Julio P.M., de Palencia, que se hizo amigo de un Mohammed de Afganistán a través de Facebook y acabó en Guantánamo durante seis meses.

Otro ejemplo es el de Friedrich Wilhelm, de Hamburgo: colgó las fotos de su despedida de soltero en la ciudad portuaria con la mala suerte de que la bailarina exótica con la que se balanceaba sinuosamente llevaba bigote y pañuelo palestino. Friedrich no se dio cuenta por culpa del colocón que llevaba, pero los pérfidos agentes de la NSA sí que se fijaron y una semana después el gobierno norteamericano lo obsequió con un viaje con todos los gastos pagados a una cárcel secreta en Nigeria con bañera de electroterapia y máquina de lobotomización.

Otro punto a favor de la veracidad de esta historia es el fuerte olor a azufre que pueden percibir los usuarios muchas veces cuando acceden a Facebook.


Mark Zuckerberg, el supuesto creador de Facebook, también estaba en el ajo: en realidad se trata de un holograma diseñado con la ayuda de la factoría Pixar y su existencia es tan irreal como la del increíble Hulk, Flash Gordon, Barbarella, Papá Noel, el hombre del saco, el Equipo A, Andy y Lucas o Michael Jackson.


Apenas conocerse la noticia miles de usuarios se han abalanzado sobre sus ordenadores para intentar retirar sus fotos y borrar sus perfiles y contactos. Demasiado tarde. La respuesta de Facebook es un mensaje donde se recuerda a los díscolos que en la advertencia legal que todo usuario afirma haber leído y aceptado al darse de alta ya se advierte de que una vez publicadas todas las fotos y datos personales pasan a ser de propiedad del Gobierno de los USA con el fin de acabar con los terroristas y lograr la victoria final en la Guerra contra el Terror.


Tras el escándalo, el resto de redes sociales están siendo analizadas con lupa. Numerosas voces apuntan a que los servicios secretos de España montaron Tuenti durante el Gobierno de Aznar y que Putin está detrás de la red rusa Moskoskaya.


El aluvión de desesperaciones amenaza con generar un tsunami de desconfianza entre los usuarios de Internet y devolver de un zarpazo a la humanidad de la web 2.0 a la prehistoria de las relaciones sociales, cuando los ciudadanos tenían relación con sus vecinos y los niños y niñas jugaban a médicos en los portales. El reputado sociólogo digital Eduard Punset ya ha advertido que eso nos llevaría la final de la civilización y al exterminio masivo.

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